domingo, 22 de junio de 2008

¿Cuanto Pesan los Factores de Contexto?


"...Si se compara el trabajo en las instituciones con el trabajo en la comunidad local, una de las primeras diferencias que se observan es que las instituciones invierten un gran esfuerzo en controlar los factores de contexto de manera que sus objetivos institucionales sean logrados. Esto sucede por medio del establecimiento de contratos formales, procedimientos formales, reglamentos, deontologías profesionales y la implementación de un control administrativo todos elementos que evidencian como una institución pueda ser efectivamente pensada como un dispositivo de control de factores de contexto. En una comunidad local los operadores de un equipo no controlan los factores de contexto, por lo contrario algunas veces se tienen que adaptar a ellos. Esto significa que también en las comunidades locales en apariencia más caóticas existe un dispositivo de producción y control de los factores de contexto y este dispositivo es controlado por las redes de lideres formales e informales. Si así es se entiende también que en una comunidad local de alto riesgo... el alto riesgo es uno de los elementos del dispositivo de esa entidad social, importante para lograr algunos de sus objetivos. Estos factores de contexto no son entonces desviaciones respecto a la norma de esa comunidad son en realidad una de sus maneras de funcionamiento. Por esa razón estos factores son todavía mas importantes y tienen un peso a veces relevante en el trabajo de reducción del daño y tratamiento comunitario. Dicho de otra manera los factores de alto riesgo son estructurales para el funcionamiento de esas comunidades locales, no son accidentes, desviaciones respecto a la norma, subproductos comunitarios que hay que eliminar.

Tomado de Efrem Milanese (2007) Evaluación de proyectos de Tratamiento Comunitario y Reducción del daño del consumo de drogas. EM Survey Oct 2007 UNESCO

REDUCCION DE DAÑOS EN USUARIOS DE DROGAS EN LATINOAMERICA; DIFICIL, POSIBLE Y NECESARIO

"En Latinoamérica la política oficial en drogadependencias es una política que podría definirse como represiva y abstencionista y que se apoya en cuatro mitos básicos.

· El primero es que la droga es la causa de la drogadependencia, lo que sitúa el eje de la cuestión en la sustancia a la que se demoniza y persigue, y con ella a los que las consumen. Obviamente si la causa del problema es la droga, en la abstinencia se sitúa la solución.

· El segundo es que los drogadependientes son delincuentes, lo que permite asociar arbitrariamente droga-delito-inseguridad, y circularmente entonces justificar legislaciones que penalizan conductas individuales, estigmatizando al sujeto y convirtiéndolo así en un delincuente. Este es el caso de la legislación argentina, la ley 23.737 legitima la realidad que construye desde sus supuestos, aleja al consumidor de drogas y al drogadependiente del sistema de salud, marginándolo también de las posibilidades de prevención del HIV/SIDA entre tantas cosas. Colombia que ha despenalizado el consumo en pequeñas cantidades se presenta como única exepción en Latinoamérica a este discurso.

· El tercer mito es que el drogadependiente, lo sepa o no, busca su muerte. Esto se sostiene en un estereotipo psicopatológico que identifica a las drogadependencias con el campo de las perversiones y en la articulación teleológica droga-SIDA. Esta concepción sitúa al daño como inevitable. Si él busca la muerte, sólo nos cabe la resignación desde la impotencia. Si, incluso se le adiciona algún significado de castigo a esta muerte, la que se presentifica como “merecida”, (“él se lo buscó, que se joda!”) sólo resta la venganza.

· El cuarto mito es que es la droga lo que causa el SIDA, lo que justifica la obsoleta categoría de “grupo de riesgo” que continúa estigmatizando y avala los mensajes del tipo: “La mejor manera de prevención del SIDA es no drogarse”. Esto, a la vez que oculta una verdad: el HIV/SIDA se transmite por el uso compartido de los equipos de inyección infectados y no por el consumo mismo de drogas, sea esta cúal fuere, y por la vía que fuere. Este imaginario resiste a la noción de que el riesgo tiene que ver con lo que un sujeto hace, con sus conductas y no con lo que un sujeto es. En todo caso, se trata de grupos en riesgo, de situaciones de riesgo, y estas situaciones se defi­nen en acto, a partir de las acciones, y no a priori, a partir de una identidad adquirida o asignada socialmente. Esta alternativa permite las intervenciones psi.,las intervenciones sociales, en oposición con la otra que justifica la marginación, la discriminación y la exclusión.

La drogadependencia es un problema del sujeto y de la cultura, por eso es que debemos interrogar su incidencia en el primero -donde hablar de sujeto es hablar de cada sujeto- para formular aportes a lo social. Pero también es necesario interrogar su incidencia en la cultura y reivindicar los efectos sociales de ciertos mensajes y de ciertas políticas de salud, que sin estigmatizar ni juzgar, se ocupan de reducir riesgos y daños para formular aportes a la clínica del sujeto.

REDUCCION DE DAÑOS EN USUARIOS DE DROGAS EN LATINOAMERICA; DIFICIL, POSIBLE Y NECESARIO
Silvia Inchaurraga