domingo, 7 de septiembre de 2008

Educacion Formal, Informal y No Formal

La educación, al igual que la sociedad, se ha complejizado, hasta el punto en el que se hace cada vez más difícil diferenciar la educación formal de la no-formal producto de la llegada de nuevas tecnologías y nuevos enfoques orientados por procesos de consumo global, que a su vez han pretendido adaptar el hombre a las nuevas visiones de este mundo globalizado y, para esto, se hizo necesario competir con la escuela desde el ámbito externo. La Educación Formal, contiene la palabra forma, hecho que indica que su nacimiento se da desde la intención que tiene un Estado de construir unos principios rectores mínimos que permitan guiar la educación hacia un perfil orientado por elementos económicos, tecnológicos y por el tipo de sociedad que se quiere. Desde este punto de vista se entiende la Educación Formal como la que concluye cuando se cumple con los lineamientos impartidos por el Estado, lo cual se refleja a través de un certificado (Colom 2001). Lo Formal hace parte de los sistemas educativos reglados jurídicamente por el Estado y en consecuencia la que mayoritariamente se imparte en centros o instituciones docentes, aunque esta última característica espacial, no puede ser, hoy en día, tomada como un elemento definidor o de distinción en relación con la educación no formal, pues se dan casos de enseñanzas regladas que se imparten a distancia desde los niveles primarios hasta los universitarios. Retomando la clasificación y definición que trabaja Coombs y Ahmed la educación formal comprendería el sistema educativo altamente institucionalizado, cronológicamente graduado y jerárquicamente estructurado que se extiende desde los primeros años de la escuela primaria hasta los últimos años de la universidad.

La Educación no formal nace por necesidades perentorias marcadas por las innovaciones sociales que se producen en el mercado laboral, en el tiempo libre o de ocio, en la necesidad de crear nuevas capacitaciones para nuevas necesidades, en la continuidad de reciclajes o actualizaciones de conocimientos, o simplemente, como formas de desarrollo o crecimiento personal. En consecuencia la educación no formal es la que no viene contemplada en las legislaciones estatales de educación y su responsabilidad no recae directamente en los ordenamientos jurídicos del Estado. (Sanz F. Presentación de la Revista de Educación, Electrónica N° 338, 2005)

La educación informal alude al proceso de aprendizaje continuo y espontáneo que se realiza fuera del marco de la educación formal y la educación no formal, como hecho social no determinado, de manera intencional. El sistema la reconoce y la utiliza como parte de sus aprendizajes. Es una dimensión de la educación que duplica el campo de acción de cada una de las otras dimensiones educativas, o sea de la educación formal y la educación no formal. Los aprendizajes están determinados por situaciones cotidianas del contacto social, en su mayoría no son organizados o administrados por una estrategia educativa determinada, son experiencias que se dan en ámbitos más relajados que los escolarizados; la familia es el principal grupo social en el que se desarrollan este tipo de aprendizajes, que con sus respectivos contactos sociales facilitan la personalización de los individuos. Asimismo se encuentran el club deportivo, la asociación cultural a la que concurren las familias, el grupo de amistades con el que se vive la sociabilidad, entre otros; y en definitiva los medios masivos de comunicación que entran ya en otra modalidad de la educación informal, es decir, son actividades diseñadas, pensadas y por tanto programadas para lograr un objetivo de formación específico.( Colom A, 2005, Revista de Educación, núm. 338) La educación informal permite adquirir y acumular conocimientos y habilidades mediante las experiencias diarias y la relación con el medio ambiente.
Tomado de Informe REVISIÓN DOCUMENTAL SOBRE REDUCCION DE DAÑO EN SUSTANCIAS PSICOACTIVAS PARA LA CONSULTA DE UNESCO. Viviendo 2008

Lo que les pasa a los jovenes

"Quiero contaros el efecto que produce en los chicos el quitarles todo su tiempo - tiempo que necesitan para desarrollarse – y forzándoles a gastarlo en abstracciones. Tenéis que escuchar esto, porque ninguna reforma que no ataque estas patologías específicas no serán más que un mero lavado de cara.
1. Los Jóvenes a los que enseño son indiferentes al mundo adulto. Esto desafía la experiencia de miles de años. Un observación intensiva de lo que "los mayores" hacían siempre fue una de las más excitantes ocupaciones de los jóvenes, pero nadie quiere crecer ahora, ¿y quien les puede culpar de ello? Nosotros somos los juguetes.
2. Los Jóvenes a los que enseño ya apenas sienten curiosidad y la poca que muestran es transitoria, no pueden concentrarse durante mucho tiempo, incluso en lo que quieren hacer. ¿Podéis ver la conexión entre las sirenas sonando una y otra vez para cambiar de clase y este fenómeno de atención evanescente?.
3. Los Jóvenes a los que enseño tienen un pobre sentido del futuro, de como el mañana está indefectiblemente unido al presente. Como dije antes, viven en un presente continuo, el preciso momento en el que se encuentran es el límite de su conciencia.
4. Los Jóvenes a los que enseño son a-históricos, no tienen conciencia de cómo el pasado ha dado forma a su propio presente, limitando sus elecciones, moldeando sus valores y sus vidas.
5. Los Jóvenes a los que enseño son crueles entre si, muestran falta de compasión ante los infortunios, ríen las debilidades, y muestran desprecio por aquellos que muestran necesidad de ayuda demasiado abiertamente.
6. Los Jóvenes a los que enseño se encuentran intranquilos ante la intimidad y la franqueza. No soportan una verdadera intimidad debido a una costumbre de por vida de guardar los secretos dentro de si mismos por lo que van formando su personalidad a base de trozos y partes de comportamiento prestados de la televisión o adquiridos para manipular a sus profesores. Puesto que no son ellos quienes dicen ser, el disfraz se les cae en la intimidad por lo que las relaciones íntimas deben ser evitadas.
7. Los Jóvenes a los que enseño son materialistas, siguiendo la estela de sus maestros que materialistamente "gradúan" todo -y sus tutores televisivos que ofrecen todo lo imaginable "gratis".
8. Los Jóvenes a los que enseño son dependientes, pasivos, y tímidos ante la presencia de nuevos desafíos. Esto es a menudo ocultado mediante actos de bravuconería, mediante enfados y agresividades que en el fondo solo expresan un vacío sin fortaleza interior."
Discurso de aceptación de John Taylor Gatto para el galardón de Maestro del Año de Nueva York, el 30 de enero de 1990.

Por qué la escuela no educa

La crisis de nuestra escuela es un reflejo de una crisis social más amplia. Parece que hemos perdido nuestra identidad. Niños y ancianos son encerrados y aislados de fuera de lo que sucede en el mundo hasta un grado sin precedentes - nadie habla con ellos ya – y sin niños y ancianos mezclándose en la vida diaria una comunidad no tiene futuro ni pasado, solo un presente continuo. De hecho, el nombre "comunidad" apenas se aplica ya a la forma en que interactuamos con los demás. Vivimos en redes, no en comunidades, y todos los que conozco están solos por eso. En cierto modo la escuela es responsable privilegiado de esta tragedia tal y como lo es también en la creciente brecha entre clases sociales. Utilizar las escuelas como un mecanismo de selección no hace sino crear un sistema de castas, lleno por abajo de intocables que vagan por los trenes del metro pidiendo y durmiendo en las calles.La verdad es que las escuelas no enseñan nada salvo como obedecer órdenes. Esto es un gran misterio para mi porque miles de personas, gentes responsables trabajan en las escuelas como profesores, cuidadores y gestores pero la lógica abstracta de la institución sobrepasa sus contribuciones individuales. Aunque los profesores se preocupan y trabajan duro, la institución es psicopática - no tiene conciencia -. Suena la sirena y el joven que se encontraba escribiendo un poema debe cerrar su cuaderno y moverse a otra aula donde deberá memorizar que el hombre y el mono derivan de un ancestro común. Discurso de aceptación de John Taylor Gatto para el galardón de Maestro del Año de Nueva York, el 30 de enero de 1990.